domingo, 29 de mayo de 2011

EL CANTO DE LAS SIRENAS (II)

La ya citada Colauzzi (como más tarde Teresa de Laurentis en Alice ya no) toma La Citta Invisibile, de Italo Calvino, como ejemplo de una representación que se basa en la ausencia de la mujer como sujeto histórico. En el cuento, la ciudad de Zobeide es fundada por hombres que han soñado con una mujer que corría desnuda por las calles de una ciudad inexistente y que ninguno puede alcanzar. Ella es el objeto de sus deseos y el motivo de su creación; pero sólo en tanto ausente. Buñuel ( en un film de nombre paradigmático : Ese Oscuro objeto del deseo ) nos muestra el ¨objeto¨ interpretado no por una, sino por dos actrices,al mismo tiempo. Es, por tanto, nadie. Es ¨las¨ mujeres. La idea de. Ausente, en cuanto sujeto teórico ,y prisionera ,en tanto sujeto histórico, de la cultura de los hombres.No está de más recordar que, cuando Marcel, protagonista de En Busca del Tiempo Perdido, de Marcel Proust, logra conquistar a Albertina,el tomo dedicado al período en que ella vive a su lado se llama La Prisionera.
¨Las mujeres siempre han sido explotadas en cuanto tales desde el momento en que, excluidas de los procesos de producción y del control de los medios de producción,han sido relegadas al papel ¨natural¨ de re-productoras de la fuerza de trabajo...siempre propiedad de un hombre, cualquiera sea el nombre que haya tomado históricamente la explotación...ha sido, al mismo tiempo, explotación de clase y explotación de género¨ (7). Irigaray encuentra el término marxista de ¨mercancía¨ apropiado a la condición de la mujer en la sociedad patriarcal: las mercancías no piensan,ni hablan, Circulan. Rosa Montero ha escrito un artículo sobre el nushu, un lenguaje inventado hace más de un milenio por mujeres analfabetas de la China con el objeto de comunicarse entre ellas,ya que la palabra les era negada. Un dialecto de prisioneras, nos dice, que es único en su especie. El noshu no es un lenguaje simple.Es una escritura críptica de más de 2000 signos; que requiere de gran inteligencia y capacidad de abstracción, que duró siglos y, hoy, amenaza desaparecer. Como dice Irigaray : ¨el lenguaje, aunque formal, se ha nutrido de sangre, de carne, de elementos materiales¨ ( Éthique de la Différence Sexuelle). ¨China es el único lugar del planeta donde la proporción demográfica natural está dada vuelta : hay un 51% de varones y un 49% de hembras.Para corregir la presión biológica en un país de 1200 millones de habitantes hace falta matar muchas niñas¨ (8). Esta historia resalta el terrible exilio cultural al que la mujer ha sido sometida.Y la paciente rebeldía conque luchaba contra el silencio de su voz, más la fiera firmeza con que, unas a otras, se pasaban las banderas de sus ¨Otras Voces¨ , como las llama Gilligan.
El tema del forzado silencio femenino es retomado por la directora de Nueva Zelandia, Jane Campion, en su film El Piano. Su protagonista, por propia decisión, decide dejar de hablar ( ya que no sería, de todas maneras, escuchada; ni, tampoco, dueña de sus palabras); y traslada su ¨Pienso¨ al piano. Piano-sujeto, cuya pérdida -a la que querrá acompañar hasta lo más profundo del mar donde ha caido o hasta el fondo de sí misma - le permite recuperar su propia voz, su identidad. Estas mujeres son creadoras de un lenguaje paralelo, en una historia paralela, a la que deberíamos prestar atención si queremos saber, realmente, que significa ¨totalidad¨cuando hablamos de totalidad. Porque, aún en los casos en que los caminos elegidos sean acompañados del éxito, son siempre atajos por los que se busca esa otra que soy y no encuentro cómo nombrar,
Pensemos en George Sand. Hija dependiente de un hombre rico que la casa a su gusto ;y cuyo patrimonio, a la muerte del padre , pasa a manos de su marido puesto que ,por ley, las mujeres no estaban condicionadas para hacerse cargo. Patrimonio que pierde cuando abandona al hombre que la maltrataba y engañaba constantemente.De no haber tenido el talento para escribir Lelia su destino hubiera sido la calle, ya que nunca se le devolvió un peso de lo que hubiese debido ser su legítima herencia. Sí se le devolvieron los hijos, que tambien ,por ley, le había arrebatado su marido : parece que daba mucho trabajo criarlos sin ¨el alma de la casa¨. En este caso pudo ser nombrada y reconocida; aunque para ello tuviera que trasvertirse y, como decía Irigaray, ¨pretender identificarse como un sujeto masculino¨.Ocultándose, en suma. Ausente de sí. Como otras lo hicieron por la locura, la prostitución o la brujería.
Respecto de la locura,Sandra Gilbert y Susan Gubar (9), han hecho una revisión de la novela decimonónica Jane Eyre, de Charlotte Bronté . Tomando el punto de vista del personaje de Jean Rhys, la esposa loca encerrada en el ático, como la metáfora de esa otra que vive dentro de cada una: la que debe reprimirse, acallarse, la que pone en peligro la que ¨debo¨ser, según las reglas del ideal masculino Esta loca en el ático nos remite a otra, más cercana a nosotros, geográfica y temporalmente: la de La Mano en la Trampa, de Beatriz Guido, donde el personaje de Ines Lavigne es descubierta, en el altillo donde ha pasado la mitad de su vida, por su sobrina; la cual, al verla, piensa ¨Porque allí estaba yo:no tenía dudas.Pude verme sobre la cama, más pálida que las sábanas, el cabello suelto sobre las fundas de nácar. Mi mismo respirar, lento y agitado a la vez.Me vi como me había visto varias veces en las fotografás de la sala¨ (10). Y lo será de verdad , porque ella reemplazará a su tía al reiterar su ¨falta¨. Terrible final que parece condenar a la mujer a esa reiteración constante del castigo por querer ser.