sábado, 2 de julio de 2011

LA HETAIRA ESMERALDA

El término hetaira no necesita explicación ; pero, para aquellos que no hayan leído el Doctor Faustus , de Thomas Mann ( y no saben lo que se pierden), la Hetaira Esmeralda es el nombre que se le da a la morenita, vestida de española, que ,en un prostíbulo de Leipzig, es el objeto a través del cual se sella el pacto entre Adrian Leverkuhn y el maligno. Obvio. La fémina , vocablo derivado en parte de fides, en parte de minus, o sea, fe menor. Y, aunque la tentación la realiza Satanás ¿de quién emana? Ah,hombres necios que acusáias a la mujer sin razón, sin  ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis.

La profesión de hetaira es considerada la más antigua del mundo. Afirmación generalizadamente aceptada pero falaz : la profesión más antigua tiene que ver con la subsistencia, naturalmente.En los pueblos etnológicos más  antiguos no se ha encontrado existencia de prostitución. Aparece y se desarrolla en las civilizaciones avanzadas ( lo que hace meditar acerca del sentido de lo que llamamos civilizacion). De hecho, y si mal no recuerdo, fue Solón, en el siglo VI, a.C., quien reguló la prostitución, organizando los burdeles ,llamados dicteria, poniéndolos bajo la dirección de un funcionario público.  Sin embargo, sí es la ¨profesión ¨ más antigua - y por cierto la única- que durante siglos se le permitió a la mujer.

 Lo anterior viene a cuento por la visita hecha a Buenos Aires de la periodísta mejicana , e investigadora sobre la trata de personas, Lydya Cacho. Es autora de Esclavas del Poder, sobre el funcionamiento de la trata de mujeres en el mundo.Ella no sólo señala aspectos como la desigualdad de género si no que subraya la importancia de denunciar a  los clientes. Cómo diría la ya citada  Sor Juana Inés de la Cruz ¿ de quién es la culpa: del peca por la paga o el que paga por pecar? Y hagamos, por favor, la cuenta de la cantidad de años que hace que se escribió ésto.

La prostitución es un tema; pero no el tema al que quiero referirme. Desde que somos tan modernos nos atrevemos a todos los debates. Hay uno que, actualmente, cruza el movimiento feminista ¿ hay que reconocer la prostitución como un trabajo de libre elección,regularla, cobrar impuestos, o perseguirla penalmente? La socióloga argentina Silvia Chejter, experta en temas de  género y autora de La Niñez Prostituida  nos dice que es común, para quienes quieren nombrar el tema pero no hablar de él,  que se haga una división entre una prostitución mala (cuando se trata de explotacion de menores) y una buena (cuando se trata de mujeres adultas). Con lucides ,explica que ¨prostituir es un verbo que se conjuga con un sujeto trastocado.Cuándo se dice que una mujer se prostituye ¿qué se dice? ¿ se diría, acaso, que el esclavo se esclaviza? ¿o que el obrero se explota? Cuando el varón paga por sexo prostituye.El sujeto es el prostituyente.( ) No es posible que una mujer se prostituya a sí misma¨. 

Lidia Cacho, la que nombráramos anteriormente, acepta  los argumentos utilizados por las reglamentaristas, feministas a favor de formalizar el trabajo de las prostitutas , como la mejicana Martha Lamas, que sostiene que ello es considerable ¨Sí hay un mercado para el trabajo sexual al que se entra por razones económicas, sin más violencia que la que el propio sistema capitalista aplica a las personas ¨.  En principio ¿ vamos a legitimar ahora el sistema capitalista se explotación? Y, aunque lo hiciéramos, ¿es lo mismo?  La búsqueda de leyes de regularización de una actividad execrable esta dirigida a a favorecer a los victimarios, no a las víctimas. Y cita ( y me parece que esas son las voces que deberíamos escuchar) a Carmela, una prostituta mejicana:  ¨Ahora resulta que debemos decir : los clientes me violan y me humillan porque soy libre. Es una estupidez monumental¨. Es peor que eso. Cuando se afirma que un tema es motivo de análisis y se instala en la sociedad , se busca que sea aceptado como posible, en primer lugar; y se lo naturaliza, en segundo.Y, como no pocas veces las influencias son imperceptibles, a la corta o a la larga, se lo acepta. Todo tipo de ideas pretendidamente renovadoras y costumbres al día  son un terreno fangoso que hay que caminar con sumo cuidado.En esos caso, como en muchos otros, es saludable recordar al viejo Kant y preguntarse ¿ es ésto algo que podría ser elevado a máxima universal? Hagámonos cargo de la respuesta.